Movilidad dental: Qué es y cómo curarla
Cuando somos pequeños nuestra dentadura puede sufrir cierta movilidad, sobre todo en la época donde los dientes de leche se caen para dar paso a los definitivos. Sin embargo, en el caso de los adultos, la movilidad dental puede suponer un problema bucal grave, por lo que es fundamental detectar cuál es el origen y prevenir los daños antes de que empeore.
Nuestros dientes están rodeados por un conjunto de tejidos encargados de soportar los mismos en los huesos maxilares, también conocidos como periodonto. Un paciente con una buena salud bucodental dispondría de una unión sólida entre diente y periodonto y podría masticar alimentos sin preocuparse de si sus dientes se están moviendo o no.
Sin embargo, si nuestras piezas dentales se mueven puede significar que existe cierta anomalía en nuestro periodonto y encontrar la causa es primordial si no queremos perder las mismas.
Causas de la movilidad dental
Aunque nuestros dientes estén sujetos por el aparato periodontal, disponen de cierto grado de movilidad. No obstante, cuando esta movilidad supera los límites considerados como normales y nos impide masticar, podríamos encontrarnos ante una patología provocada por alguna de las siguientes causas:
- Enfermedades de las encías: La gingivitis y la periodontitis son las dos enfermedades que causan mayor movilidad dental. La encía es uno de los pilares base del periodonto, por lo que si ésta se inflama puede debilitar en gran medida el sostén del diente y en casos extremos, derivar en su caída.
- Traumatismos: En función de la gravedad del golpe, los traumatismos pueden ocasionar la movilidad del diente o la pérdida completa del mismo.
- Enfermedades sistémicas: Determinadas enfermedades como el cáncer o la diabetes y sus respectivos tratamientos pueden provocar que el aparato periodontal se debilite favoreciendo que los dientes se muevan.
- Bruxismo: Cuando un paciente ejerce demasiada presión sobre sus dientes de forma inconsciente puede acabar debilitando el periodonto y, por tanto, la solidez de la sujeción.
- Mala higiene bucodental: Si no se realiza una buena limpieza diaria, la placa bacteriana se acaba acumulando en forma de sarro, lo que deriva en inflamaciones que pueden destruir el hueso y los ligamentos periodontales.
- Embarazo: Durante el embarazo se producen grandes cambios hormonales que pueden reducir el tejido periodontal, favoreciendo la aparición de enfermedades de las encías.
- Maloclusión dental: Cuando nuestros dientes no están alineados correctamente, ciertas mordidas o una mala higiene pueden incentivar a que el aparato periodontal se vea dañado.
Tipos de movilidad dental
En función del grado de desplazamiento del diente, podemos clasificar la movilidad dental en cuatro tipos:
- Grado 0: La movilidad dental es indetectable o no existe.
- Grado 1: Existe un desplazamiento dental de 0,2 a 1mm.
- Grado 2: Existe un desplazamiento dental mayor a 1mm.
- Grado 3: Existe un desplazamiento dental, tanto vertical como horizontal.
Cómo se cura el problema de la movilidad dental
Si ha notado cierto grado de movilidad en sus dientes, bien sea al masticar o al cerrar la mandíbula, es fundamental que busque ayuda profesional.
En Clínica Los Arcos, nuestros dentistas realizan las pruebas necesarias para detectar el origen del problema y determinarán el procedimiento a seguir para acabar con el mismo de la forma más favorable posible.
En función de la causa, el tratamiento será diferente como, por ejemplo, colocación de placas de mordida en caso de bruxismo o ajustes oclusales en caso de que el origen sean la maloclusión dental.
Sea cual sea la causa, es fundamental seguir una buena higiene bucodental, ya que una limpieza deficiente puede incentivar la movilidad y en caso de que ya se tenga, aumentar el grado de la misma.