La endodoncia es la parte de la odontología que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los dientes que afectan a la pulpa dental, y a los tejidos que la rodean, incluyendo el tratamiento del interior de las raíces (llamado conducto radicular).
El nombre de esta especialidad odontológica procede de las palabras griegas «endo» (dentro), «donto» (diente) y cia (en referencia a).
¿Cuándo es necesaria?
Cuando la caries ataca al diente lo va agujereando poco a poco. Lo primero que se daña es el esmalte. Si sigue progresando, afecta a la dentina y, si avanza aún más, alcanza a la pulpa donde se encuentra el nervio.
El proceso de avance de las caries suele ser lento, por lo que es fácil detectarlas antes de que sean demasiado grandes. Sin embargo, no siempre se ven. Pueden ser muy pequeñitas o estar situadas entre dos dientes, por lo que ha de ser nuestro dentista quien las localice. Muchas veces las descubre por medio de una radiografía.
No siempre duelen. A veces no sentimos dolor hasta que ha llegado hasta el nervio y entonces ya es demasiado tarde.
Cuando la caries llega al nervio, éste se infecta y por ello se inflama y duele. Si la inflamación persiste, el nervio puede perder su vitalidad. Ya no se siente dolor, pero se produce pus, que sale por la punta de la raíz, y ocasiona un flemón. A veces el organismo reacciona formando una especie de cápsula a su alrededor y entonces se produce un abceso.
¿En qué consiste?
La endodoncia consiste en la apertura de una cavidad en el diente y la eliminación del nervio que ha sido afectado por la caries. Es lo que vulgarmente se conoce como «matar el nervio».
Posteriormente, el conducto donde se encontraba este nervio se agranda unos milímetros con unas limitas especiales, de grosores crecientes, y se elimina la materia orgánica del interior de la cámara pulpar.
Tras su desinfección, que es fundamental, se rellena el conducto con un material similar al plástico. Todo este proceso es muy delicado y a veces muy complejo dependiendo de la naturaleza de cada diente.
Si se trata de un molar o un premolar, que tienen más de una raíz, este tratamiento debe hacerse en todas las raíces del mismo. Una raíz puede incluso tener más de un conducto por lo que el tratamiento se hará en todos ellos. Luego se tapa la cavidad y se reconstruye el diente bien con resina o con metal.
Este proceso salva al diente de tener que ser extraído, pero lo deja más debilitado que cuando tenía su nervio sano (sin afectar por la caries), razón por la que a veces resulta necesario colocarles encima una corona dentaria. Otras veces es necesario incluso colocar una especie de tornillitos, llamados pins o pernos, para aumentar la resistencia del diente.